El flamenco ha formado parte de la vida de Judith desde su más tierna infancia. Su padre, pianista, idolatraba con pasión este género musical y su colección de discos del cante jondo y copla era muy amplia. De este modo, Judith se vio influenciada por el arte andaluz, y a pesar de haber nacido en Galicia pronto se decanta por este género.

Comienza a cantar a la edad de 5 años habiendo escuchado a Rocío Jurado, Marifé de Triana y Perlita de Huelva, artistas que ella misma asegura son sus ídolos.

Comienza interpretando copla, que quedaría profundamente arraigada en ella con el paso de los años. Poco después abre su abanico de posibilidades vocales interpretando flamenco, fandangos y misas gitanas.

Aparte de las artistas mencionadas, sus gustos flamencos también van de la mano de Antonio Molina, Joselito, Rafael Farina, Álvaro Díaz, Juanito Valderrama, Marta Quinero, Joana Jiménez, Carmen Flores y Diana Navarro.

Ella asegura que la copla es parte de su vida y que no concebiría ésta sin ese arte, pues su poder interpretativo y su sentimiento es inigualable.